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temas demográficos, principalmente liderado por el
Centro de Estudios demográficos (CEDEM). Entre
otras miradas se anexan investigaciones sociológicas
y psicológicas desarrolladas en diferentes universida-
des del país, aunque no siempre socializadas en publi-
caciones nacionales. Como temas priorizados se inclu-
yen estudios sobre dinámica, transición demografía y
migraciones (Albizu-Campos, 2015; Aja y Hernán-
dez, 2019; Araujo, 2019), fecundidad y conducta
reproductiva (Molina, 2018; Rodríguez, 2013), enve-
jecimiento poblacional (Benítez, 2016). También se
insertan estudios sobre la población rural (Oliveros,
2010; Hidalgo et al., 2017), aunque aún insuficientes
si se analizan las problemáticas crecientes que afectan
estos espacios en términos de despoblación y enveje-
cimiento de la población económicamente activa.
Se trata de temáticas que preocupan por su tendencia
proyectiva a nivel nacional. Si bien el país no está
exento de comportamientos similares a naciones desa-
rrolladas, como la baja natalidad y los altos niveles de
envejecimiento demográfico, también se incluyen
otras dinámicas más comunes en países de Latinoamé-
rica, que influyen en el ritmo lento de crecimiento
anual. Interviene el saldo migratorio negativo poten-
cialmente frecuente en la población joven, en plena
capacidad productiva y reproductiva, el incremento de
las defunciones como consecuencia fundamental del
aumento de la población de 60 años, y más. Así se
localiza en el último sondeo de 2019, un saldo migrato-
rio negativo de -1,4%, un lento crecimiento de las tasas
de natalidad con el 9,8% acompañado de un índice de
envejecimiento que alcanza el 20,8% a nivel nacional.
Obviamente el comportamiento demográfico guarda
relación con la coyuntura socioeconómica. Por déca-
das el país enfrenta carencias multiplicadas que vienen
afectando con creces las condiciones de vida más
sensibles de los cubanos. Sin duda, una base económi-
ca afectada interviene en la superestructura, causando
presión hacia todas las esferas de la vida económica y
social. Para comprender la problemática se precisan
varias lecturas, la más puntual obedece al diferendo
Cuba–EE.UU. La Isla resiste un embargo económico
con matices históricos que abarca más de 60 años. Se
trata de un extenso período donde la política estadou-
nidense ha impuesto gravámenes cada vez más inten-
sos que obviamente intervienen en el comportamiento
poblacional.
La difícil problemática económica que enfrenta el
país, afecta notablemente la dinámica de vida en los
hogares cubanos, de ahí que las carencias materiales
guarden estrecha relación con los posicionamientos de
vida. Por ejemplo, pueden destacarse las decisiones de
las parejas fértiles para negarse a procrear y mantener
estabilidad residencial en sus lugares de origen. En
tales casos, se afectan los niveles de fecundidad y
natalidad, al tiempo que se pierde población potencial-
mente joven.
Estas dinámicas se han mantenido con regularidad en
las últimas décadas. Lo preocupante radica en el com-
portamiento que notifican las zonas rurales. De acuer-
do con los datos censales, Cuba continúa con una
población de más de 11 millones de habitantes, alcanza
11 193 470 en el año 2019, y de ese total, se acumula
mayor población en las zonas urbanas (8 630 468),
mientras el campo sigue siendo un espacio proclive a la
disminución poblacional (2 563 002).
Actualmente apremian respuestas rápidas para enfren-
tar los embates de las nuevas formas de recrudeci-
miento devenidas por el bloqueo y las consecuencias
que afloran tras el panorama pandémico mundial
desde inicios del año 2020. En tales circunstancias la
academia científica debe recolocar la mirada en el
recorrido de las tendencias poblacionales que van
posicionándose en espacios tan importantes como las
zonas rurales donde se ejecutan acciones productivas
de importancia para la economía nacional.
Mientras a nivel nacional predomina un 22,9% como
grado de ruralización, la mayoría de las provincias
orientales poseen niveles superiores, con excepción de
Santiago de Cuba (29,1%). El resto supera el 30%, y
así se muestra en: Las Tunas (32,6%); Holguín
(33,1%); Guantánamo (36,4%) y Granma (38,7%). En
tales condiciones se considera oportuno especificar el
estudio de esta última provincia, no solo porque denota
Rev. de investig. agroproducción sustentable (3): 57-66, 20 2520-97604 20 ISSN:
Declive poblacional
Madrigal DY